Me encantó la trilogía de "La caída de los gigantes" en la que a lo largo de tres novelas de 800 páginas cada una, seguimos la historia de cinco familias de origen muy diferente, social y geográfico comenzando a principios del XX y hasta el día de hoy, con una miríada de personajes que se entremezclan sin cometer un solo error, sin una inconsistencia. En su día dijo que usaba una hoja excel para no confundirse. En cualquier caso, admirable.
Devoré en su día "Los Pilares de la Tierra", escrito con tal precisión que se podria usar como libro de texto en Historia del Arte. La segunda parte "Un mundo sin fin", flojeó un poco. No sé, la historia no conseguía engancharme.
"Una columna de fuego" es una especie de tercera parte en tanto en cuanto se desarrolla en Kingsbridge, aunque ambientada en el siglo XVI, en los convulsos años de revueltas religiosas que culminaron con el reinado de Isabel I y la muerte de María Estuardo.
Promete ¿verdad?, pues es una mierda. Vale que Ken Follet es inglés y la objetividad no es lo suyo, pero vamos que solo le falta poner cuernos y rabo a Felipe II. Los católicos en general y los españoles en particular se convierten en la bestia negra de la novela. Los pobres protestantes no se metían con nadie. Por si fuera poco, la historia paralela de los protagonistas no puede ser más ñoña ni más previsible. Un auténtico culebrón venezolano. Y lenta, muy lenta. Y larga, muy larga.
Y es una pena, porque la época elegida es fascinante, y su idea de situar la trama en varios países es muy buena, con muchas posibilidades. Posibilidades que no aprovecha.
Igual se está haciendo mayor, o igual ha delegado en un "negro" para esta obra, pero no parece suya. ¿Le habrá dado un ictus?
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