La novela te lleva a recorrer la historia de Afganistan a traves de los ojos de un niño, de familia acomodada, de su padre viudo, y de los sirvientes (padre e hijo) que les atienden. Comienza a finales de los años 70, con la caída de la monarquia y la instauración de un gobierno comunista. La subsiguiente invasión rusa, los horrores de los talibanes y finalmente la cooperación americana tras los atentados del 11/S.
No quiero destripar el argumento, por una vez animo a leer este libro. El autor consigue conducirnos por los horrores más cruentos de la guerra, con una prosa dulce, casi poética. Transmite un orgullo de nación que contradice lo que acostumbramos a ver en las noticias.
La historia familiar, sin ser un thriller, consigue mantenerte interesado hasta el último minuto. El desenlace no sorprende, pero tampoco es el final edulcorado al que Hollywood nos tiene acostumbrados.
En definitiva, me gusto tanto el libro, que sin solución de continuidad me leí MIL SOLES ESPLÉNDIDOS. Quizá fue un error, no porque el libro no sea bueno, que lo es, o porque el estilo literario flojease. No es el caso, es también un libro emotivo, dulce a la vez que espeluznante escrito con un estilo que recuerda a las Mil y una Noches. Lo malo es que el hilo argumental es el mismo. Un recorrido por la historia de Afganistan a través de la vida de una pobre chica hija de madre soltera.
La historia es la misma, los horrores también, el sesgo del autor igual de evidente, lo cual lo hace repetitivo. Por eso el error fue mío, me dejé llevar por la "glotonería" y acabé empachada. Debería haber dejado pasar unos meses. No cometeré el mismo error con el tercero.
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